Coles de Bruselas, cultivo, propiedades

Las coles de Bruselas son una verdura crucífera y están emparentadas con el brécol. Los tipos más comunes de coles de Bruselas son amarillas, mientras que otras pueden ser moradas, rojas o verdes. Se cosechan entre finales de invierno/principios de primavera y principios de verano. Las coles de Bruselas tienen un sabor único y, cuando se cocinan correctamente, presentan un ligero amargor parecido al del brécol que desaparece al terminar la cocción.

La col de Bruselas es uno de los pocos vegetales que debe su nombre a su lugar originario de cultivo. Ya en la Edad Media el vegetal se cultivaba en Flandes (actualmente Bélgica), en donde llamaba la atención por su aspecto. Los alemanes las llamaban Rosenkohl, una mezcla de “rosa” y “col” que describía a la perfección su aspecto, similar al de los capullos de rosa.

El nombre científico del Col de Bruselas es Brassica oleracea var. Gemmifera y es famosa por su alto contenido en Vitamina A y C y ácido fólico.

La col de Bruselas es un vegetal muy adaptable que soporta bien el clima frío. Necesita de suelos compactos, ligeramente ácidos y ricos en nutrientes, algo que incide en el desarrollo de la planta.

El marco de plantación ideal es en líneas con una separación de unos 70 a 100 cms. y una distancia de 50 a 60 cm entre planta y planta.

Necesitan de un riego frecuente pero no abundante para evitar encharcamientos y la proliferación de plagas y enfermedades.

Plagas y enfermedades

Las coles de Bruselas son atacadas por los llamados insectos masticadores, aunque también sufren de algunas enfermedades:

  • Pulgón: insectos que succionan la savia de las hojas y provocan unas manchas amarillentas que terminan por marchitar a la planta.
  • Hernia de la col: se trata de una enfermedad provocada por un hongo, que provoca abultamientos en el tallo y en las raíces, marchitando sus hojas.
  • Mariposa de la col: es una mariposa blanca con puntos negros que pone sus huevos en el envés de las hojas. Sus larvas verdes y peludas se comen las hojas dejando el nervio central.

Debes recoger los cogollos que están más formados y que tengan un tamaño superior a los 3 cm. de diámetro. Los brotes deben ser pequeños, compactos y de color verde brillante. Puedes cortarlos del vástago. Recuerda siempre que los brotes inferiores maduran primero y que hay que cosechar antes de que las hojas se pongan amarillas.

Esta hortaliza es una buena fuente de vitamina C, potasio, fibra dietética y folato, con un alto contenido de vitaminas K, E y B6. Además, contiene pequeñas cantidades de tiamina, riboflavina, niacina y ácido pantoténico.

Las hojas de estas pequeñas plantas parecidas a la col contienen altos niveles de glucosinolatos (3.200 mg 100 g de peso fresco), que ayudan a prevenir el cáncer.