Consideraciones sobre la poda del tomate

La poda del tomate es una técnica que se utiliza para mejorar la producción y la calidad de los frutos, eliminando los brotes y las hojas innecesarios que consumen energía y nutrientes de la planta. La forma de podar tomates depende del tipo de tomatera que tengas: determinada o indeterminada.

Las mejores tijeras de poda

Las tomateras determinadas son más compactas y arbustivas, y producen todos sus frutos al mismo tiempo. Estas plantas no necesitan mucha poda, solo hay que quitar las hojas amarillas o dañadas y los chupones que salen por debajo de la primera rama con flores.

 

Las tomateras indeterminadas son más alargadas y trepadoras, y producen tomates de forma escalonada durante toda la temporada. Estas plantas necesitan un entutorado y una poda más frecuente, eliminando todos los chupones que salen en las axilas de las ramas y el tallo principal. También hay que quitar las hojas inferiores por debajo de la primera rama con flores, las hojas amarillas o enfermas, y la parte superior de la planta cuando se quiere limitar su crecimiento.

Los chupones son unos brotes pequeños que crecen en las axilas de las ramas y el tallo principal de la tomatera. Si se dejan crecer, se convierten en otra rama con hojas, flores y frutos. Los chupones consumen energía y nutrientes de la planta, y pueden hacer que los tomates sean más pequeños o de peor calidad. Por eso, se recomienda podarlos regularmente, sobre todo en las tomateras indeterminadas. Los chupones se pueden aprovechar para obtener nuevas plantas de tomate.

 

Para podar tomates correctamente, se recomienda usar unas tijeras de podar esterilizadas con alcohol, unos guantes, y hacerlo cuando la planta esté seca. Los chupones pequeños se pueden quitar con la mano, doblando el tallo hacia atrás hasta que se desprenda¹. Los chupones grandes se deben cortar con las tijeras, lo más cerca posible del tallo principal.